Sucenden todo tipo de cosas en esa famosa taberna que cobija a saqueadores y a naúfragos, una gente que goza de total impunidad e incluso se les informa regularmente de los pasos de los navíos por la región. El motivo no es otro que a la cabeza de todo este bandidaje se encuentra un hombre respetable que maneja los hilos, y este hombre no es otro que el juez de paz -Charles Laughton, aquí también en labores de productor
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